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Pillada a millonario

Os presento a Lapo Elkann. Este guaperas con nombre de escupitajo es, según Vanity Fair, el hombre más elegante del mundo. Curioso título para alguien que se pone corbata con camisa vaquera y combina zapatos Primera Comunión con un traje que, viendo las solapas, le han prestado los de Abba.

Comentaros que es nieto de Giovanni Agnelli, el dueño de la Fiat y uno de los pocos que, en Italia, tiene más dinero que Berlusconi. A los Agnelli se les ha relacionado con la Mafia, pero allí, si haces algo más que calceta, es probable que te relacionen con la mafia, no te digo ya si juegas al Calcio.

Después de cosillas sin interés, como un ingresillo por sobredosis de nada, se ha montado una chupi-empresa de pinta y colorea, para seguir cobrando de la Fiat pero sin tener que aparecer por allí.

Su labor, básicamente, es vendernos el Fiat 500. No para de repetir que no podría vivir sin su Fiat 500, que es el mejor coche de la historia, el más guay y el más bonito. Tanto lo quiere que, para no romperlo, se sacrifica y va a todas partes con su Ferrari.

El Lapo-despacho. Un alarde de eficiencia, sin cajones, sin papeles… Sólo lo necesario: unas velas de candelabro (nunca sabe uno cuando puede llegar una abuela a pedirte unas velas), una botella de licor (que se bebió el decorador) y un portátil para ver porno. Los sillones no tienen desperdicio, como diciendo “mis coches para andar no valen, así que los convierto en sofás”.

En medio de este despliegue de diseño y modernidad (Díos mío, qué jersey), a Lapo se le olvidó quitar la foto de la TÍA EN PELOTAS de la derecha… si se ven hasta los pliegues de la revista, muy pija, eso sí. Así que cuando los mecánicos de antes llenaban su taller de mujeres desnudas… ¡¡estaban creando tendencia!! Otros héroes anónimos con los que estamos en deuda.

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